Por
Natalia Franco, Sara Cardona y Derly Granada
Opiniones de los habitantes
Este gremio es considerado por muchos habitantes de este municipio como una labor de gran importancia y apoyo, ya que se sienten respaldados en muchos sentidos en cuanto a la seguridad de sus negocios, de sus casas y hasta de su propia integridad.
Dueños y administradores de cafeterías, cantinas, almacenes y restaurantes afirman que la labor de los vigilantes es bastante eficiente y oportuna porque ellos están pendientes de todos los percances que se puedan presentar: como si entra una persona sospechosa, al momento del cierre del local están atentos a cualquier anomalía, ayudan a recoger las mesas y las sillas de los negocios y durante toda la noche vigilan que las puertas se mantengan cerradas y las alarmas estén activadas. Si se presenta algún inconveniente, los vigilantes avisan a los dueños de los locales y acuden a la Policía para ser respaldados.
Peligros de su labor
Son muchos los peligros a los que se enfrentan los vigilantes prestando este servicio a la comunidad en horas de la noche, como ellos mismos afirman “lidiar con borrachos” es lo más difícil de su trabajo, también presenciar asesinatos, robos, peleas callejeras entre otros incidentes que en muchos casos tienen que callar por miedo a amenazas.
Otras personas simplemente no los respetan ni valoran el sacrificio que ellos diariamente realizan al ejercer este oficio, unos cuantos los insultan y les pegan; como dice el vigilante Óscar de Jesús Sánchez “bregar la humanidad es muy difícil” y es en este momento que algunos de ellos piensan en buscar otros trabajos y mirar otros horizontes.
¿Apoyo de la Policía?
La Policía del municipio de Caldas califica esta labor como “compincheria con los ladrones”, aseguran que han visto casos en los que roban delante de estos vigilantes y ellos no hacen nada, sin embargo están siempre atentos para apoyarlos en cualquier incidente que se presente durante la noche. Por otra parte los vigilantes afirman que siempre que necesitan respaldo de las autoridades marcan el 123 o lo hacen por radioteléfono y crean un equipo eficiente a la hora de una emergencia.
Por cuenta propia
La mayoría de estas personas trabajan por su propia cuenta y el común denominador de ellos, es que aman su trabajo así no tengan derecho a ningún tipo de prestaciones, se conforman con las cuotas que reciben por parte de los habitantes del municipio, o el mínimo que ganan.
En este oficio no hay horas nocturnas para descansar tampoco tienen esperanzas para un futuro, sin embargo estos celadores o mil ojos como titulamos este artículo cuidan a su pueblo sin ningún interés y sin importar exponer sus vidas durante la noche, solo cuentan con la presencia de Dios durante su recorrido por las calles oscuras y frías del municipio de Caldas
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